El DIVORCIO

Una decisión que tiene que ser discernida desde la paz y la tranquilidad del corazón, no debe tomarse cuando estamos enfadados, porque no estamos en la luz verdadera.

Dar este paso requiere haber sanado las heridas del corazón, porque sino estaré siendo una víctima de mis circunstancias,

y provocar un cataclismo en mi persona, que hará que cada vez me encuentre más triste y deprimido, porque me he desviado de la verdad que hay en mi interior;

que es la paz del corazón. 

El no morir a uno mismo, trae como consecuencia, que nos encontremos en unas situaciones contrarias a lo que El corazón anhela, y de esta manera me ahogo,  porque no estoy  siendo fiel a él verdadero ser, que habita dentro de cada uno, y es lo que le produce tranquilidad y alegría a él corazón.

"Si tú saltas yo saltare contigo", una vez que se ha discernido en la verdad de todas estas circunstancias, hay que emprender el verdadero camino, que hará que vuelva a florecer una nueva primavera en la que todo volverá hacerse de nuevo....

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