PAÑO DE LAGRIMAS
"Aquel que mi corazón ama".
Te limpiare las lágrimas y las enjugare, para que en tú rostro solo brille la sonrisa y puedas caminar hacia un mañana mejor.
Tus lágrimas se convertirán en alegría y volverás a renacer de nuevo, porque has puesto la mirada en quien todo lo vuelve hacer de nuevo.
En la vida atravesamos por dificultades que nos hacen que dejemos de creer que es posible un mañana mejor, pero este pensamiento nos nubla el alma y no nos deja atravesar las tinieblas del corazón.
Si caminamos en verdad sin ceder a nuestras pretensiones y egoísmos personales, podremos disfrutar de una aurora boreal.
No se trata de ceder, la verdad es la base para que toda relación funcione.
Si no está Dios en medio de una relación, terminará por destruirse.
Puedo hablar todas las lenguas...pero si no tengo amor de nada me sirve.
A Dios no se le puede manipular, porque es el Creador de su criatura, conoce sus debilidades y fragilidades, por ello nos invita abrazar la miseria humana y con ello estaremos abrazando la cruz, que hace que muramos a nosotros mismos, para dar vida al ser que tenemos en nuestro interior, "Dios con nosotros", la paz que habita en nuestros corazones.
Ser dóciles al llamado de Dios para poder disfrutar de una vida plena y feliz.
Él que sigue su propio criterio, que no está en coherencia con el amor que renuncia a sí mismo, para servir a su criatura dando la vida, hará de su vida un paño de lagrimas, porque ha decidido ahogar al ser que tiene en su interior;
sus lagrimas son la respuesta, como le sucedió a San pedro de la negación a Jesús, por eso dice San Francisco de asís, "el amor no es amado".
Coger la cruz de cada día, negándose a uno mismo, es lo que nos dará la verdadera libertad interior.
No podemos caminar si llevamos peso en nuestros corazones, hay que aligerar la carga, y para ello es necesario estar en el momento presente, sin entorpecer el camino de otros, que están por la senda de la verdad que hace seres únicos e irrepetibles.
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