DISOLUCIÓN
Cuando estamos en la verdad todo se realiza en la misericordia de Dios, él único que nos puede dar lo que le pedimos con un corazón contricto y humillado.
Llevo durante 20 años conviviendo con falsedades y mentiras, las cuales han dañado mi corazón.
Estos 20 años han servido para ser consciente, de que necesitamos un corazón puro.
Doy gracias a Dios por ser tan bueno conmigo y permitirme la dicha de una nueva vida.
Es un regalo muy grande, que no se como se lo voy agradecer.
Gracias, Dios mío, por haber puesto tú mirada en esta pobre sierva tuya.
La vida que me queda, la dedicaré a ser lo mejor que pueda, con las personas que me pongas a mi alrededor.
Te amo mucho mi Jesús, y sólo deseo ser una de las flores que adornen tú Corona.
Adiós amiguito/a espero que hayas disfrutado de este pequeño relato.
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